Las reservas en dólares del Banco
Central argentino siguen bajando. Y hay otros datos amenazantes: aumenta el
déficit fiscal y la cantidad de pesos que el gobierno se ve obligado a emitir
para pagar ese déficit.
Los
dólares que ingresan a la Argentina por la soja, el maíz y algunos productos
más no son suficientes para lo que el país necesita importar.
No se trata sólo
de los impuestos especiales a las compras
hechas con tarjeta en el exterior, sino de que el Banco Central entrega muy
pocos dólares a industrias que necesitan vitalmente insumos importados.
Por
otra parte, en los últimos años la inflación interna ha sido superior a las
cifras oficiales. Hay estimaciones de que en el 2013 los precios han subido un
25%. Con ese panorama un dólar oficial de 6 pesos era una gran mentira y era
lógico que el dólar paralelo o negro o “blue” estuviera en 13 pesos.
Cuando
pocos días atrás el dólar oficial pasó de 6 a 8 pesos, con la promesa de
Capitanich y Kicillof de que ahora sí el dólar oficial y el blue iban a
converger, a valer lo mismo, porque 8 era el precio del equilibrio, algunos
creyeron y el blue bajó un poco. Pero la
ilusión duró dos días. El blue ha vuelto el miércoles a valer 13 y seguirá
subiendo. Hay varias razones para que eso ocurra.
Las
exportaciones no aumentarán porque el dólar oficial haya subido a 8. Según los
analistas de mayor fiabilidad no serán tantos los dólares que entregarán los exportadores
de soja que habían demorado la liquidación de sus divisas. No crecerá por tanto
la cantidad de dólares en poder del Banco Central.
El
anunciado fin del cepo cambiario no llegó ni llegará. Se anunció el viernes
pasado que el Banco central comenzaría a vender dólares a los ciudadanos para
ahorro y atesoramiento. Hubo 200.000 solicitudes en un día. Y en tres días se fueron
agregando nuevos requisitos para entregarlos. Pero sobre todo, no hay nada
automático. Entre la AFIP, el Ministerio de Economía y el Banco Central deciden
si los que quieren comprar dólares están o no autorizados. Y como todo el mundo
sabe que al Banco Central le quedan cada vez menos dólares, crece la convicción
de que por ahí no se consiguen los ansiados billetes. Se amplía la demanda en
el mercado “blue”.
Hay
además otros factores que influyen en el ánimo de los ciudadanos. Se percibe la
inseguridad de las autoridades cuando anuncian nuevos acuerdos de precios con
los vendedores de electrodomésticos y otros sectores con insumos importados.
Nadie responderá oralmente a la pregunta formulada ayer por Kicillof: ¿Por qué
los precios van a subir un 20% porque el dólar suba un 20%? La respuesta será
silenciosa, los precios en el mercado subirán, aunque no coincidan con las
facturas.
El
escape será una vez más comprar dólares, sobre todo cuando, aunque por razones
diferentes, el dólar ha subido en el Brasil.
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