Publicado en El Observador el 12/2/2013
Un año atrás
Brasil manifestó de variadas formas sus molestias por los comportamientos monetarios
de los Estados Unidos y de la Unión Europea. Con ocasión de los ya largos años
de crisis financiera y recesión económica, los Estados Unidos y Europa han llevado a cabo una gran expansión
monetaria. A las ya habituales “facilidades monetarias” (QE) de los Estados
Unidos se agregaron, para reafirmar una conducta ya habitual en la eurozona, las declaraciones del presidente del Banco
Central Europeo, Mario Draghi, el 2 de agosto de 2012, afirmando que estaba
dispuesto a comprar con euros recién impresos todos los bonos emitidos por los
gobiernos de la eurozona, necesarios para mantener la vigencia del euro e
impedir las quiebras e insolvencias, dando así un mensaje de confianza al
sistema financiero.