domingo, 9 de febrero de 2014

La economía española se recupera

Publicado en El Telégrafo el 9 de febrero de 2014


El informe de JP Morgan del mes de enero asegura que “España ha vuelto”, para señalar los claros indicios de recuperación y pronosticar un crecimiento del 1% para el año 2014, cuando la previsión del Gobierno es del 0,7%.

            Si bien un 26% de desocupación es un índice calificado por muchos de intolerable y que ha generado fuertes críticas y manifestaciones de los “indignados”, hay señales de una mejora en la confianza del consumidor que, según JP Morgan, apuntan a un inminente repunte del consumo.
            Un indicador elocuente de la mejoría ha sido el aumento de las exportaciones. En el año  2013 las exportaciones han sido un 19% superiores a las del 2007 y han representado un 33% de la producción total de bienes y servicios española. Si comparamos con el año 2012, el crecimiento de las ventas al exterior ha sido del 5,4% en este último año, debiendo destacarse que las exportaciones a Asia crecieron un 11,6% y un 10% hacia África.
            Las incertidumbres sobre el sistema financiero han disminuido, si bien queda un largo camino para regresar a un sistema bancario saneado y robusto. Los ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo) celebraron en su primera reunión del año, el pasado 27 de enero, el exitoso final del rescate de la banca española. “España ha dejado de ser un problema para la zona euro” afirmó triunfalmente Luis de Guindos, ministro español que asistía a la reunión.
            Debe afirmarse que España ha enfrentado el problema de sus altos costos internos con decisión y fortaleza, a la cabeza de los debilitados países de la periferia europea, a la que sin duda con desdeñosa expresión se la ha denominado PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España; sigla que puede traducirse por cerdos).
            Son innegables los costos sociales del ajuste, ya que se llevaron a cabo  rebajas nominales de salarios públicos, de salarios privados y de prestaciones sociales, pero pocos negaban que el régimen de seguro de desempleo desde varios años atrás y los costos de despido eran demasiado altos. Una década atrás había fuerte evidencia de falta de flexibilidad en el mercado laboral.
            Una de las claras ventajas de la economía alemana ha sido que en el año 2002 comenzó una reforma laboral que introdujo flexibilidad en el mercado laboral. Señal clara de esa realidad es que en los últimos meses, luego del triunfo electoral de la Canciller Angela Merkel, en las necesarias alianzas posteriores para dar gobernabilidad, se agregó a la agenda política la introducción del salario mínimo.
            Y quizá, la mayor dificultad de la economía española se originó en la burbuja inmobiliaria. Cuando había créditos a más de 30 años, a tasas de interés casi nulas, se construyó desmedidamente. Y la construcción comporta el uso de muchos insumos internos y trabajadores residentes en la península, razón por la que el nivel de precios y salarios español llegó a ser especialmente alto.
            Cuando la moneda era el oro, el patrón oro, si un país estaba caro los precios debían bajar para que el país se volviera competitivo. Eso ocurrió hasta 1914. Desde entonces la solución ha sido siempre devaluar, solución que nuestro país ha conocido bien. Si el dólar cuesta más pesos, los salarios del país pasan a valer menos dólares y las empresas se vuelven más competitivas en sus ventas al exterior.

            El gran desafió para España ha sido que los 18 países de la Unión Europea tienen una misma moneda, el euro. España por su cuenta no podía hacer una devaluación tradicional, se le pedía una devaluación interna, es decir que bajaran los precios y salarios españoles. Y España lo ha hecho y lo está haciendo. Francia no da señales de iniciar ese camino, ni Italia ni Grecia.

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